Alrededor de 200.000 camiones de cero emisiones deberán estar en funcionamiento en 2030 para cumplir con los objetivos de CO2 para los camiones pesados de la Unión Europea, lo que supondría multiplicar por 100 los actuales 2.300 camiones que hay actualmente recorriendo las carreteras comunitarias con estas características. Así lo explica un nuevo estudio de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), que concluye que, de los 6,2 millones de vehículos comerciales medianos y pesados en Europa, tan solo el 0,04% ayudan a cumplir con el objetivo de CO2.
En la actualidad, el 98% fue la flota de estos vehículos funciona con diésel, los cuales tienen, de media, 13 años de antigüedad. Sin embargo, en la recientemente publicada Estrategia de Movilidad, la Comisión Europea estableció en 80.000 el objetivo de camiones cero emisiones que debían circular en 2030, lo que ACEA considera “insuficiente” para cumplir con los objetivos de emisiones dentro de diez años. El director general de ACEA, Eric-Mark Huitema, ha destacado que los fabricantes “se han comprometido a sacar al mercado camiones cero emisiones, por lo que la oferta aumentará rápidamente los próximos años”, pero que “no pueden hacer un cambio tan radical y sin precedentes por sí solos”.
MEDIDAS PARA AUMENTAR EL ATRACTIVO DE LAS CERO EMISIONES
Desde ACEA han especificado, en su informe, algunos requisitos que desde la UE se deberían establecer para que los camiones cero emisiones “sean la opción preferida de los operadores de transporte” y que deben establecerse con carácter “urgente”. Entre ellos incluye el establecimiento de tasas viales basadas en el CO2, impuestos sobre la energía basados en el carbono y el contenido energético de los combustibles, un sistema sólido de fijación de precios de emisiones de CO2 y, han añadido, una densa red de infraestructuras de carga y reabastecimiento de combustible “adecuada para los camiones”.
En declaraciones realizadas el pasado mes de diciembre, la asociación de fabricantes también destacó la necesidad de crear un marco político coherente en materia de estaciones de carga. Para ello, ACEA explicaba que los nuevos vehículos pesados en el año 2040 deberán utilizar combustibles alternativos a los fósiles, si bien no podrá hacerse sin “la fijación de un sistema de precios global de las emisiones de CO2” que impulse dicha transición.
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