El COVID-19 dejó en el 2020 un saldo trágico para la industria del transporte pesado. Según reporta la Federación de Transporte Pesado del Ecuador (Fenatrape), de los 250.000 vehículos que forman parte de su flota, hoy en día aproximadamente 40.000 no tienen un trabajo adecuadamente productivo. Para este sector, que antes de la pandemia tenía un peso del dos por ciento en el PIB del país, este 2021 se presenta como un año de grandes desafíos, pues a más de arrastrar las secuelas de una economía golpeada, debe enfrentar el aumento de sus costos de operación, a raíz del incremento del valor del diésel. Felipe Vizcaíno, presidente de Fenatrape, comenta que, en aras de establecer un escenario más favorable para la reactivación del segmento, el gremio ha mantenido un diálogo con el Gobierno para establecer medidas compensatorias a esta actividad