Para facilitar este intercambio, los puertos son un punto clave que permite la conexión del medio marítimo con el terrestre. En los puertos, habitualmente distinguimos tres zonas principales: la parte marítima por la que acceden los buques; la zona terrestre, en la que se producen las maniobras de carga y descarga; y la zona de enlace, en la que se conecta con los medios de transporte terrestres.