Sigue siendo sorprendente el afán recaudatorio de las administraciones de todo signo y en toda circunstancia, en particular con el sector del transporte por carretera al que toman por una vaca lechera a la que se le puede seguir ordeñando sin fin, una vez que se le ha colgado la etiqueta de sector contaminante que satura las carreteras y al que hay que cobrar, nuevamente, por circular.