A lo largo de la historia, explican expertos, el bambú ha mostrado ser una alternativa popular de construcción. Incluso, señalaron, México puede convertirse en potencia de “construcción de vivienda con bambú si se toma en cuenta que una hectárea da para construir mil 500 metros cuadrados de vivienda al año, o 3 mil m2 de cubiertas ligeras”.
Es decir, que con las 8 mil hectáreas productivas en México se podría generar material para construir 27 mil viviendas al mes o 344 mil al año. “Para el año 2040, el 20% de la población podría tener su vivienda de bambú, principalmente las personas ubicadas en zonas vulnerables o afectadas por fenómeno naturales y climáticos”, apuntó la directora de Bambuterra, Verónica Correa Giraldo, durante la semana de la innovación sustentable, organizada por la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Cámara de Diputados.
Actualmente, en México se registran 480 municipios con alta o muy alta vulnerabilidad al cambio climático, de estos, 92% se concentran en Guerrero, Oaxaca, Puebla, Chiapas, Yucatán y Veracruz; sitios en las que se ubican 5 millones de viviendas abandonadas que se integran a las 12.6 millones que se encuentran en condiciones de rezago.
Es importante destacar que, si bien la industria de la construcción es una de las más importantes en el país, tiene también un fuerte impacto ambiental al consumir el 36% de la energía global, producir el 50% de los residuos sólidos y generar el 40% total de las emisiones de CO2; el bambú y la madera podrían resultar efectivos al contrarrestar los efectos y ser, más bien, elementos resilientes y sustentables.
El bambú es considerado un material milenario del que existen 75 géneros y mil 700 especies, y registra un crecimiento acelerado principalmente en Latinoamérica y el sureste de Asia. En cuanto a la regulación, actualmente se trabaja para que en 2021 se apruebe la nueva norma NMX de diseño y construcción con este elemento.
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