Duras secuelas dejaron las recientes medidas de fuerza que produjeron el cese total del comercio exterior argentino. Por la huelga de los gremios que nuclean el servicio de remolque y maniobra, necesario para que los buques puedan ingresar y egresar de los puertos; sumado al paro de más de dos semanas dispuesto por los gremios que operan en las terminales portuarias aceiteras y graneleras, se incumplieron cientos de operaciones de exportación e importación a través de los puertos del Gran Rosario, Buenos Aires, Dock Sud, La Plata, Quequén y Bahía Blanca. Más de 180 buques quedaron fondeados a la espera de poder entrar a puerto o retrasados para zarpar, o que directamente no pudieron descargar sus mercaderías en los puertos argentinos y debieron hacerlo en Montevideo o terminales del sur de Brasil, ni tampoco pudieron cargar nuestras exportaciones, obligando a una recomposición de los flujos de importación y exportación de esas cargas. Según el Centro de Navegación, se tardará dos meses en normalizar este flujo logístico, considerando la escasez de buques y de oferta de bodegas.